El complejo Pazo da Cultura se sitúa en la parte noroeste de la ciudad, en la calle Alexandre Bóveda, a escasos cinco minutos del centro urbano y perfectamente comunicado con las principales vías de entrada a la ciudad.

Está rodeado de diez mil metros cuadrados de jardines y zonas verdes, con unas espectaculares vistas sobre el río Lérez.

El Pazo da Cultura es el escenario ideal para la celebración de todo tipo de eventos, tanto por su posición estratégica y privilegiada, como por la propia belleza de sus instalaciones: un espacio tan versátil, como particulares son las necesidades de cada evento.

Fuente: http://www.pazodacultura.org

La belleza de sus calles y plazas seducen a todo aquel que las visita, entre casas populares y de abolengo que revelan el pasado de la ciudad, con importantes muestras arquitectónicas que conservan el encanto de tiempos pasados. Durante todo el paseo quedará patente el pasado hidalgo de Pontevedra, al caminar al paso de los numerosos blasones que ocupan las fachadas de todo el casco histórico.

La plaza de la Leña, donde antaño se vendía la leña para calentar las cocinas, recoge los tres pazos que actualmente albergan el Museo Provincial, reconocido como uno de los museos más representativos de la historia, la arqueología y el arte gallego. A un paso, la plaza de Verdura -donde hasta hace pocos años se podían mercar los productos del campo- se convierte en un de los centros neurálgicos de la villa, punto de encuentro para tomar un refrigerio antes de continuar nuestro paseo hasta la plaza del Teucro, nombre del arquero griego a lo que se le atribuye la fundación de Pontevedra.

Bajando hasta la orilla del río llegamos a la plaza de Mugártegui -justo antes de llegar a la plaza de Abastos- donde se encuentra el pazo que actualmente ocupa la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas, bandera del conocido vino Albariño de la zona. Siguiendo nuestro recorrido, en la parte más alta del casco histórico, encontramos la espectacular plaza de la Ferraría, donde antiguamente los artesanos trabajaban la forja. Hoy es lugar de encuentro de muchos de los espectáculos que se organizan en la ciudad, y acoge, entre otros edificios, el Convento de San Francisco, con sus hermosos jardines.

Hoy más que nunca se está impulsando firmemente el carácter cultural de la ciudad, demostrando su capacidad y su rigor profesional para acoger todo tipo de actividades, cuidando al máximo hasta el más mínimo detalle y ofreciendo a todos sus clientes la posibilidad de darles un servicio global.

Con una superficie edificada de casi 10.000 m2, este complejo cultural está dotado de auditorio, sala de exposiciones temporales, salón de actos, ocho seminarios, sala de reuniones, sala VIP, sala de prensa, sala de ensayos, sala de descanso, sastrería, camerinos, almacenes, cafetería/restaurante, jardines y un amplio aparcamiento con capacidad para 1.300 vehículos.